Arquitectura /// Ingeniería /// Diseño /// Urbanismo /// Patrimonio

Síguenos

© 2024. (m) arquitectos

El relato íntimo de Felipe

Realizando la inspección de un bloque de viviendas, en un día previo al verano manchego, conocí a Felipe.

Primavera hace ya años que no tenemos, por lo que sea. este jardín ya lo pisaremos.
Conste que no he dicho nada en contra, no sea que se me ofenda alguien antes de tiempo.

Felipe es un hombre de esos que se forjan en tiempo difíciles. Los tiempos difíciles crean hombres duros, los tiempos de este hombre fueron difíciles.

Desde que contaba con 12 años hasta aquel día había trabajado (que no cotizado) más de 50 años como mozo para todo, peón y encofrador en obras de cualquier condición. en sus inicios la seguridad laboral dejaba demasiadas bajas.

He luchado mucho contra el frío y el viento a 20m de altura. me agarraba con una mano mientras sostenía el martillo en la otra y los clavos los llevaba en la boca hasta que me aseguraba y podía empezar a machacarlos.
 

¿no ibas atado?

¿con qué me iba a atar?

entonces a usted lo de cualquier tiempo pasado…

¡majaderías!

¿siempre fueron peores?

La mirada de condescendencia por respuesta

La inspección del edificio la realizamos para redactar el informe de evaluación del edificio (la itv de los coches según Felipe) y después podemos pedir la ayuda de accesibilidad, de eficiencia energética o la que toque.

En este edificio el presidente y mi Cicerone fue Felipe.

Su vivienda era alargada con los dormitorios entorno a un pequeño patio de luces de un color que no daba una mínima pista sobre el tono de la pintura original. al fondo, el salón abría a la calle y daba vistas a otro bloque de ladrillo visto viejo y desconchado por los fuertes cambios de temperatura entre el tórrido verano y el invierno de invernalia. todos los edificios de las manzanas cercanas son coetáneos, son iguales, son humildes, son pobres, están llenos de mujeres y hombres duros, con vidas duras, muy duras, el barrio olía a resistencia (resiliencia, venga vale).

El piso de Felipe estaba limpio, muy limpio, olía a limpio. el terrazo de grano tamaño medio era de color granate y gris sobre el fondo blanco como el de cualquier vivienda de la época. el terrazo tenía un pulido brillante poco pisado y estaba enmarcado por una pintura RAL crema sobre gotelé de grano fino aún menos rozada que el suelo.
 

Siguiendo la costumbre de la mancha, sobre todo en las casas molineras de los pueblos, Felipe tenía un salón-museo (generación perdida, estancias perdidas) y una pequeña sala de estar confortable presidida por la tele (en numerosos pisos es habitual encontrarla siempre prendida, acompañando a los ocupantes. aquí reinaba el silencio)

Su mujer dormía, descansaba, miraba al techo, lloraba… según la hora… en una de las alcobas interiores.

¿nos podemos sentar en el salón 15 minutos para realizarle algunas preguntas de la comunidad?
 
La callada por respuesta. lo seguí hasta sentarnos.
 

¿qué sistema de calefacción tienen?… ¿tiene las llaves para ver el cuarto de instalaciones?…  ¿han contratado a alguna empresa de mantenimiento?… bla bla bla

Felipe es un hombre (no tengo noticias de su partida) menudo y curtido. supera apenas los 50 kg y fuma, fuma como un condenado a muerte (a eso voy). en el balcón del salón me llamó la atención un cenicero colmado de colillas. las colillas hacían isla. la vivienda no estaba impregnada por el menor olor a tabaco, olía a limpia.
 

Felipe, algún vicio hay que tener.

¿qué otra cosa me queda?

Sé de sobra que en este punto me voy a meter en un charco porque me conozco y para mi vale más la carga que la pena (que diría Antonio Reguera. ¡te alabamos, lengua viva!). soy así.
 

No me puedo ver callado. no puedo seguir con las preguntas del bloque… pues no, ahí, hay, ay, voy de nuevo.

¿por qué dice eso?

a los imprescindibles se les habla de usted
 

lo digo porque las horas que no paso atendiendo a mi mujer, las paso fumando en este balcón asesinando minutos.

¿qué le sucede a su mujer?

no me gustan los jardines, solo entro y…

Lleva 7 años en cama, tiene una minusvalía del 75% y pesa 85 kg. no se puede mover por si sola.
mi mujer no es como yo. el zapatero me ha dicho que no hay hueco para hacerle más agujeros al cinturón. me ha dicho que me compre otro o que me lo anude en la hebilla ¿tú te crees?
 
Mira esa foto Manuel. es la foto de nuestra boda. mi Carmen era la más guapa del pueblo y ¡menudo tipo tenía!. ahora yo no puedo ni asearla sin la ayuda de la auxiliar. para colmo no tenemos ascensor y no la puedo sacar de paseo.
 
Esto no es una historia cursi o triste para regodearse en los dramas. es una historia real.
 
En tu bloque, si vives en un bloque, por estadística es probable que haya un millonario, 4 perros, 6 gatos y alguna persona con certificado de minusvalía.
 
Y Felipe ¿estas fotos con estas dos chicas tan guapas? ¿son sus hijas?
 
Si, son iguales que su madre. la mayor me echa una mano cuando puede. vive en la otra punta y tiene dos hijos. ella tiene bastante con lo suyo.
 
¿y la otra? ¿vive fuera?
 

¿mi Ana? es mi preferida. no, no vive fuera. tiene un piso a pocas calles de aquí. se casó con un fontanero del pueblo. no quiere saber nada de mí.

Mirada perdida, vidriosa. pura resignación.
 
Solo viene a casa si no estoy yo.
 
Esto no es una carta lacrimógena, no en un relato triste, no es una historia de motivación.
 

¡No somos conscientes de lo que tenemos! ¡no valoramos nada!

Uffff ¿a qué viene eso? nooooooo. estoy a un salto cuántico de escribir motivación, aunque el relato sea el relato de un imprescindible.

Tampoco sé las razones por las que Ana perdió la relación con su padre (me he inventado el nombre de su hija, pero poca importancia tiene porque Felipe tampoco se llama Felipe).

Quizá Felipe merece el castigo por comulgar con las ideas de Pol Pot, por tener la mano larga o por haber repartido caramelos en la puerta de un colegio. quizá Ana sea la buena de la historia y en los próximos años salga en la tele por haber convencido a ese dictador que tienes en mente para tomarse una pastilla con veneno mientras se dan la mano. quizá Ana salve el mundo, no tengo ni idea, no me importa, no es el cometido.
 

Al protagonista siempre se le toma cariño, aunque sea Santino en el padrino. Felipe es el prota.

Quizá Felipe merece ser repudiado por algo terrible (lo dudo), quizá Ana se vio bajo el yugo de un hombre tóxico (lo dudo).

Quiero pensar que su separación surgió por una debilidad mal curada de alguno de los dos. suele ser.

A ver, que me vuelvo a desviar.
 

Sigo.

Todo este storytelling solo, si, solo la he contado por la palabra más insignificante que has leído. ascensor.

¿estás de coña? háztelo mirar
 

Lo que me digáis lo asumo, no hablo de la cuarta dimensión de Carl Sagan, esto es una historia antinatural de arquitectura.

Tras conocer a Felipe, hicimos el proyecto para demoler la escalera e instalar un ascensor. se ejecutó y me llamó un domingo (a Felipe se lo cojo los domingos), un domingo cualquiera como el de hoy, para contarme cómo le iba.
 
Me dice a su manera que
 

El ascensor es algo increíble. la mejora me ha levantado la condena.

Comencé saliendo a la calle con mi mujer. nos pateábamos todo el barrio.

Luego íbamos a los bancos cercanos al bloque de mi hija para hacernos los encontradizos.

Con el tiempo y algo de suerte la veíamos pasar.

….
 

Ahora cuando nos ve, se para para ver a su madre y me habla.

No estamos reconciliando.

Pues no, Felipe no va a ser el nuevo Pol Pot.
 

No sé las razones que mueven a cada uno para proponer una mejora de accesibilidad. está claro que el punto de dolor es fuerte en estos casos, pero la necesidad de todas las familias no es la misma. el punto de dolor no es el mismo. en cientos de casos he podido ver que el dinero es una objeción mayor que cualquier otra razón (aunque no te falte dinero, aunque te financien).

 

Lo que sí es seguro es que nadie se arrepiente tras realizar este tipo de obras.

 
Mejoras de accesibilidad

PD: la moraleja de esta historia no estaba en el título
PD2: los royalties, han sido adquiridos

Compartir

Haz un comentario: